ESFS129

III semana de Adviento – Domingo

Como preparar el camino del Señor 

La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer entonces?». El les respondía: «El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto». Algunos publicanos vinieron también a hacer bautizar y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?». El les respondió: «No exijan más de lo estipulado». A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Juan les respondió: «No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo». Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible» Lc 3,10-17

Hace una semana hemos reflexionado sobre la figura de Juan el Bautista en la historia de la salvación., como aquél que prepara la venida de Jesucristo: “Una voz grita en desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos!”  (Lc 3,4). A diferencia de los demás evangelistas Marcos y Mateo – gli altri evangelista presentano al Bautista como precurso de de Jesús.  – Lucas, respondiendo a la pregunta de la gente que le interroga: “¿Qué debemos hacer?, especifica el modo concretomqué cosa quiera decir preparar el camino del Señor. A los que están bien les dice: El que tenga dos túnicas que dé una al que no tiene y quien tenga qué comer haga lo mismo”; a los publicanos que cobraban los impuestos , quedándose con una buena parte les dice: que no se aprovecchen de la situación para su propio interés personal: “No exijan más de lo que está estipulado”. También a los soldados que trabajan para Roma les dice que se aprovechen de su oficio: “No maltraten ni extorcionen a nadie; conténtesen con su salario. En otras palabras Juan el Bautista prepara el camino del Señor quiere decir vivir con generosidad, obrar con honestidad, sin aptpvecharse del rol y de las situaciones en que se encuentran, para obtener  ventajas en desfavor del prójimo.

¿Por cual motivo la generosidad y la honestad constituyen las virtudes que preparan el camino a la conversión del corazón? … La respuesta ed fácil: el hombre no tiene dificultaden creer en la verdad del Reino de los cielos que Jesús ilustra con parábolas y enseñanzas, ni tampoco en creer en los milagros, porque la idea de un Dios sabio y de poder sobrehumano,el hombre siempre ha cerído en eso. Las resistencias de converirse al Avangelio nacen cusndo se trata de compartir lo que tenmos o de renunciar a fáciles ganancias. – especialente si no son honestas – que el rol en la sociedad y nuestra capacidad nos permitieran de alcanzar. El problema no está en el anuncio evangélico, sino en el cambio de vida que se nos exigen, porque si renuncia a lo que tiene, parecería como si el terreno que pisa se moviera. Estamos formados, por decirlo así, por naturaleza a tener poca fe en Dios providente, poco amor hacia el prójimo, mucho amor personalmy poca seguridad en nosotros mismos. por lo que confiamos sólo en lo que poseemos. Necesitamos convertirnos a la generosidad y a la honestidad, que es la verdadera condición para abandonarnos a un Dios providente, que da comida a los pájaros del cielo y viste a los lirios del campo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *