ESFS126

XXXIV semana del Tiempo Ordinario – Domingo

Nuestro Señor Jesús Cristo Rey

El proceso a Jesús continúa

Pilatos volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Jesús le respondió: «¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?». Pilatos explicó: «¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho».  Jesús respondió: «Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí». Pilatos le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz».Jn 18,33b-37.

Desde que ha venido a la tierra, Jesús de Nazaret ha estado siempre bajo proceso: Herodes ha tratado de eliminarlo cuando era todavía pequeño; los escribas y los fariseos han buscado la manera de eliminarlo durante si vida pública, uniéndose a los romanos que, siendo los conquistadores, eran vistos como humo en los ojos.

En el texto de hoy, el proceso a Jesús adquiere una forma oficial en la persona de Pilatos, quien representa las dos partes, es decir, a los judíos y a los romanos, el mundo de la Palestina de su tiempo. Jesús fue condenado, murió en la cruz, pero su cuerpo no fue nunca encontrado, porque Él ha resucitado. Y el proceso continúa. En la historia el proceso a Jesús se ha convertido en el proceso a la Iglesia y a los valores del evangelio, pero indirectamente el acusado  es Jesús. Y delante de Él hay siempre un Pilatos que en los últimos siglos ha sido cuanto más agresivo. En el siglo XVII Pilatos se ha vestido del Iluminismo, que exaltando la razón y la inteligencia, ponía bajo proceso los valores del Evangelio, traído por Jesucristo. Después con la Revolución Francés y el despotismo de Napoleón, los ideales de la inteligencia y de la razón fueron sustituidos por los sentimientos del Romanticismo, con una cierta revalidación de los valores cristianos. Más tarde, en el siglo XVIII, la cultura romántica fue substituida por la económico-social de la Revolución Industrial que, filosóficamente apoyada por el Positivismo, ha dado más vigor al proceso contra los valores del Evangelio. Sucesivamente Pilatos se ha encarnado en la filosofía comunista, y después en la de la indiferencia, del materialismo y del utilitarismo.

Toda filosofía o ideología, que ha propuesto valores diferentes a los valores cristianos, se ha tenido que enfrentar con la Iglesia, reactualizando el proceso de Pilatos a Jesús.

En el mundo de hoy Pilatos parece encarnar la cultura laicista, pero en este clima de globalización, al proceso contra Jesús participan otras culturas y otras religiones, en el pasado, eran más bien locales: la religión musulmana, la induista  y la budista. Y el proceso a Jesús, a la Iglesia y a los valores del Evangelio continúa.  

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