ESFL117

VI semana de Pascua – Sábado

Solicitar y obtener

Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre».Jn 16,23b-28

Es en estos versículos del Evangelio de hoy que son las raíces de una Nuestras oraciones de intercesión, que muchas veces hemos hablado. A veces nos dirigimos al Padre, otros al Señor Jesús Cristo o el Espíritu Santo, o encomendar a la Virgen María, que los entrega directamente al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nuestra oración de intercesión es escuchada y respondió sobre la base del amor y el poder de Dios, sino también de nuestra fe: «Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios» La operación de nuestra oración se basa en el principio de apalancamiento: hay un problema a ser resuelto también para nosotros (la resistencia de la palanca), no es el poder de apalancamiento que es Dios, y hay un punto que se hace a los fe. Dada la importancia de volver a escuchar lo que el Señor nos dijo en la oración de hace dos meses. Él nos escucha siempre, pero a veces sucede que no nos oye: que significa ecir que su proyecto es más grande que la nuestra. Juan dice: «Tenemos plena confianza de que Dios nos escucha si le pedimos algo conforme a su voluntad. Y sabiendo que él nos escucha en todo lo que le pedimos, sabemos que ya poseemos lo que le hemos pedido» (1Jn 5,14-15). La oración de intercesión nos protege sólo si se hace la voluntad del diablo, que es el causa de todos los males, sino que debe estar abierto a aceptar que Señor será diferente de la nuestra. Es la condición Evangelista Juan: Nuestra solicitud se debe a que concedida, debe ser «conforme a su voluntad.» Nos parece, sin embargo, que su amor por nosotros es tan grande que, para que nos escuche, a veces, hasta que el Señor ha puesto en  marcha un cambio de planes. Nuestra oración puede obtener también, porque un padre, cuando puede, siempre está cambiando sus programas para satisfacer las demandas de un niño. Algunos

puede suceder, sin embargo, que el plan del Señor es tan bueno tener otra alternativa: debemos entonces aceptar, y entra en aceptarla. Lo único cierto es que tenemos que preguntarnos, de todos modos, porque a través de nuestras peticiones de intercesión,  nuestra fe se actualiza.

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